Hay cazadores y tiradores que se encuentran con fallos demasiado habituales a la hora de disparar hasta que se dan cuenta que el ojo que manda es el izquierdo. Es muy fácil averiguarlo, con tres sencillos pasos.
¿Cuál es mi ojo dominante?
Para saber cuál es el ojo dominante, solo necesitarás dos cosas
- Un punto fijo dónde mirar
- Tu dedo pulgar
Para empezar, deberás apuntar hacia un punto fijo lejano con el brazo estirado y con el dedo pulgar extendido. Tendrás que tener ambos ojos abiertos y tapar con el pulgar aquello a lo que se apunta, por lo que el objetivo a apuntar deberás no ser demasiado grande.
En segundo paso, tendrás que cerrar el ojo izquierdo. Si al hacer esto observamos que el dedo pulgar se mantiene en el mismo punto lejano tapando el objetivo, quiere decir que nuestro ojo dominante es el ojo derecho.
Como es natural, ahora tendrás que corroborar que el ojo derecho es dominante. Para ello ahora tendrás que cerrar el ojo derecho y observarás que tu dedo pulgar se ha movido bastante del punto señalado que tapabas en un principio, confirmando que tu ojo dominante es el derecho.
Está claro que en el caso del ojo dominante izquierdo, al mirar con el derecho es cuando el punto fijo se ve perfectamente desplazado. Tendrás que realizar los mismos pasos pero cerrando el ojo derecho en lugar del izquierdo en el primer paso y viceversa en el siguiente paso.
Por si tienes dudas aquí abajo puedes ver un ejemplo de los tres pasos a seguir. Tapar una marca/objeto que se encuentre a cierta distancia con nuestro pulgar con los dos ojos abiertos, cerrar el ojo izquierdo en el paso dos y observar si se mantiene o varía y cerrar el ojo derecho y observar si se "mueve" el dedo pulgar del punto.
Este efecto (de alineación ojo - objetivo) se deberá trasmitir a la culata del arma, ya que si nos fijamos, la curvatura de los diestros permite acomodar con el hombro derecho la carabina para tener enfrente y en recto el visor.
¿Por qué disparar con los dos ojos abiertos?
- Si ya sabes cual es tu ojo dominante, nuestras recomendaciones son:
Siempre que se pueda (obviando los zurdos) se debe señalar con la mayor naturalidad y manteniendo los dos ojos abiertos hacia el punto sobre el que queremos disparar con el punto de mira de nuestra carabina. Es muy recomendable que desde la iniciación nos acostumbremos a practicar el tiro manteniendo los dos ojos abiertos, siempre con previa comprobación de que su ojo director coincide con el pómulo del apoyo de la carabina.
- Esto nos reportará importantes ventajas para acertar en nuestro tiro, ya que:
- No reducimos nuestro campo visual, pues cuando cerramos un ojo estamos reduciendo nuestro campo visual en un 25% aproximadamente.
- Poseeremos la capacidad de medir distancias. El cálculo de a qué distancia se encuentra el objetivo es fundamental, cosa que resulta imposible con un ojo cerrado. -
- Tirar con ambos ojos abiertos también nos ayuda de una manera fundamental en el ámbito emocional. El hecho de cerrar un ojo aumenta notablemente nuestra sensación de inseguridad y por lo tanto de estrés, nada bueno para el cazador o el tirador en el momento de realizar sus disparos.
Aunque no es lo habitual, para un cierto grupo de personas diestras su ojo dominante es el izquierdo lo que les impide disparar con los ojos abiertos, algo fundamental para la escopeta, por ejemplo, ya que ambos ojos permiten calcular la profundidad del movimiento del blanco mientras tira. Lo recomendable para este grupo de personas es que tiren con una carabina especialmente fabricada para zurdos, o en defecto, una carabina ambidiestra.